miércoles, 17 de julio de 2019

CULTURA DE PAZ III



16. LA CULTURA DE PAZ



Según la definición de las Naciones Unidad (1998, Resolución A/52/13), la cultura de paz consiste en una serie de valores, actitudes y comportamientos que rechazan la violencia y previenen los conflictos tratando de poner énfasis en sus causas para solucionar los problemas mediante el diálogo y la negociación entre personas, grupos y las naciones.

La cultura de paz supone ante todo un esfuerzo generalizado para modificar mentalidades y actitudes con ánimo de promover la paz. Significa transformar los conflictos, prevenir los conflictos, que puedan engendrar violencia y restaurar la paz y la confianza en las poblaciones que emergen de la guerra.

Pero su propósito trasciende los límites de los conflictos armados para hacerse extensivo también a las escuelas y los lugares de trabajo del mundo entero, los parlamentos y las salas de prensa, las familias y los lugares de recreo.

Forjar una cultura de paz es hacer que los niños y los adultos comprendan y respeten la libertad, la justicia, la democracia, los derechos humanos, la tolerancia, la igualdad y la solidaridad. Ello implica un rechazo colectivo de la violencia; e implica, también, disponer de los medios y la voluntad de participar en el desarrollo de la sociedad. El concepto de cultura de paz se ha ido configurando al amparo de un vasto movimiento socio político que aglutina a interlocutores del sistema de las Naciones Unidas y otras muchas instancias. Las amenazas que pesan sobre la paz revisten muchas formas distintas, desde la falta de respeto por los derechos humanos, la justicia y la democracia hasta la pobreza o la ignorancia. La cultura de paz es una respuesta a todas esas amenazas, una búsqueda de soluciones que no pueden imponerse desde el exterior sino que han de provenir de la propia sociedad. Las soluciones dependen de la intervención conjunta y en frentes muy diversos de hombres y mujeres de todos los sectores de la sociedad. 



Es fundamental establecer relaciones basadas en la tolerancia y la solidaridad entre poblaciones separadas por diferencias culturales. El proyecto de cultura de paz aspira a que las poblaciones desarrollen una capacidad de diálogo y de entendimiento.

La cultura de paz propugna la justicia y la igualdad de oportunidades para todos, especialmente para las minorías, las poblaciones indígenas, los refugiados y los desplazados.

El respeto a la vida, el fin de la violencia y la promoción y la práctica de la no violencia por medio de la educación, el diálogo y la cooperación.

El respeto pleno de los principios de soberanía, integridad territorial e independencia política de los Estados y de no injerencia en los asuntos que son esencialmente jurisdicción interna de los Estados, de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional.

El respeto pleno y la promoción de todos los derechos humanos y las libertades fundamentales.

El compromiso con el arreglo pacífico de los conflictos.

Los  esfuerzos  para  satisfacer  las  necesidades  de  desarrollo  y protección del medio ambiente de las generaciones presentes y futuras.

El respeto y la promoción del derecho al desarrollo.

El respeto y el fomento de la igualdad de derechos y oportunidades de mujeres y hombres.

El respeto y el fomento del derecho de todas las personas a la libertad de expresión, opinión e información.

La  adhesión  a  los  principios  de  libertad,  justicia,  democracia, tolerancia, solidaridad, cooperación, pluralismo, diversidad cultural, diálogo y entendimiento a todos los niveles de la sociedad y entre las naciones; y animados por un entorno nacional e internacional que favorezca a la paz.



16.2 El desarrollo pleno de una cultura de paz está integralmente

 vinculado a los siguientes aspectos:


•  La promoción del arreglo pacífico de los conflictos, el respeto y el entendimiento mutuo y la cooperación internacional.

•  El cumplimiento de las obligaciones internacionales contraídas en virtud de la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional. 

•  La promoción de la democracia, el desarrollo de los derechos humanos y las libertades fundamentales y el respeto y cumplimiento universales de éstos.

•  La  posibilidad  de  que  todas  las  personas  a  todos  los  niveles desarrollen aptitudes para el diálogo, la negociación, la formación de consenso y la solución pacífica de controversias.

•  El fortalecimiento de las instituciones democráticas y la garantía de la participación plena en el proceso del desarrollo. 

•  La erradicación de la pobreza y el analfabetismo y la reducción de las desigualdades entre las naciones y dentro de ellas.

• La promoción del desarrollo económico y social sostenible.

•  La eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer promoviendo su autonomía y una representación equitativa en todos los niveles de la adopción de decisiones.

•  El respeto, la promoción y la protección de los derechos del niño. 

•  La garantía de la libre circulación de información en todos los niveles y la promoción del acceso a ella;

•  El aumento de la transparencia y la rendición de cuentas en la gestión de los asuntos públicos;

•  La eliminación de todas las formas de racismo, discriminación racial, xenofobia e intolerancia conexas; 

•  La promoción de la comprensión, la tolerancia y la solidaridad entre todas las civilizaciones, los pueblos y las culturas, incluso hacia las minorías étnicas, religiosas y lingüísticas;

•  El respeto pleno del derecho a la libre determinación de todos los pueblos, incluidos los que viven bajo dominación colonial u otras formas de dominación u ocupación extranjera.


16.3 Declaración sobre Cultura de Paz.

La paz no es sólo la ausencia de guerras. Es un conjunto de valores como el respeto a la vida, la libertad, la democracia, la educación, la tolerancia, la cooperación, la igualdad entre hombres y mujeres, o el respeto al medio ambiente. Todos estos valores forman la Cultura de Paz. Su objetivo es realizar acciones acordes con estos valores para alcanzar la paz entre países y personas. Para que todas las  personas  conozcan  y  participen  de  la  Cultura  de  la  Paz, se necesita la implicación de familias, políticos,profesores, periodistas, médicos y muchos otros profesionales. Es necesario que todo el mundo participe para crear una Cultura de Paz. 


a. Objetivos.
- Promover la colaboración entre los países y evitar de los conflictos.

- Respetar los derechos humanos y las libertades de las personas.

- Eliminar la pobreza y promover la educación para todos.

- Respetar y proteger los derechos de los menores


b. Estrategias y agentes principales.

Programa de acción sobre una cultura de paz

-   Objetivos, estrategias y agentes principales


i.  El Programa de Acción constituiría la base del Año Internacional de la Cultura de la Paz y del Decenio Internacional de una cultura de paz y no violencia para los niños del mundo.

ii.  Se alienta a los Estados Miembros a que adopten medidas para promover una cultura de paz en el plano nacional, así como en los planos regional e internacional.

iii.  La sociedad civil debería participar en los planos local, regional y nacional a fin de ampliar el ámbito de las actividades relativas a una cultura de paz.

iv.  El sistema de las Naciones Unidas debería reforzar las actividades que realiza en pro de una cultura de paz.

v.  La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura debería mantener su función esencial en la promoción de una cultura de paz y contribuir a ello de forma significativa.

vi.  Deberían  fomentarse  y  afianzarse  las  asociaciones  entre  los diversos  agentes  que  se  indican  en  la  Declaración  para  un movimiento mundial en favor de una cultura de paz.

vii.  Una cultura de paz se promovería mediante el intercambio de información entre los agentes sobre sus iniciativas a este respecto. viii. La ejecución eficaz del Programa de Acción exige la movilización  de  recursos,  incluidos  recursos  financieros,  por  parte  de  los  gobiernos, las organizaciones y los particulares interesados. 

16.4  CONSOLIDACIÓN  DE  LAS  MEDIDAS  QUE  ADOPTEN  TODOS  LOS  AGENTES PERTINENTES EN LOS PLANOS NACIONAL, REGIONAL E  INTERNACIONAL.

Medidas para promover una cultura de paz por medio de la educación:

Revitalizar   las   actividades   nacionales   y   la   cooperación   internacional destinadas a promover los objetivos de la educación para todos con miras a lograr el desarrollo humano, social y económico y promover una cultura de paz;

Los  objetivos  que persigue es de profundizar en la reflexión sobre la importancia de la intervención activa de las autoridades en materias de políticas públicas, docentes, investigadores y comunicadores sociales en sus roles   de   decisores,   formadores   y   agentes   comunicacionales   en   la construcción   y   la   promoción   de   la   paz;   de  fomentar   las   sinergias institucionales entre las instancias del Estado, la academia, la sociedad civil y los organismos internacionales; de considerar y examinar propuestas e investigaciones pedagógicas en los temas de Cultura de Paz ; así como de formular estrategias concretas y articuladas que puedan inscribirse en la Agenda Educacional.


i.  Velar por que los niños, desde la primera infancia, reciban instrucción sobre valores, actitudes, comportamientos y estilos de vida que les permitan resolver conflictos por medios pacíficos y en un espíritu de respeto por la dignidad humana y de tolerancia y no discriminación;

ii.  Hacer que los niños participen en actividades en que se les inculquen los valores y los objetivos de una cultura de paz; 
iii.  Velar por que haya igualdad de acceso de las mujeres, especialmente de las niñas, a la educación;

iv.  Promover la revisión de los planes de estudio, incluidos los libros de texto, teniendo en cuenta la Declaración y el Plan de Acción Integrado sobre la Educación para la Paz, los Derechos Humanos y la Democracia de 1995, para lo cual la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura prestaría cooperación técnica si así se le solicitara;

v.  Promover y reforzar las actividades de los agentes que se indican en la Declaración, en particular la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, destinadas a desarrollar valores y aptitudes que favorezcan una cultura de paz, incluidas la educación y la capacitación en la promoción del diálogo y el consenso.

vi.  Reforzar las actividades en marcha de las entidades pertinentes del sistema de las Naciones Unidas destinadas a impartir capacitación y educación, cuando corresponda, en las esferas de la prevención de los conflictos y la gestión  de  las  crisis,  el  arreglo  pacífico  de  las  controversias  y  la consolidación de la paz después de los conflictos;

vii.  Ampliar las iniciativas en favor de una cultura de paz emprendida por instituciones de enseñanza superior de diversas partes del mundo, incluidas la Universidad de las Naciones Unidas, la Universidad para la Paz y el proyecto relativo al Programa de universidades gemelas y de Cátedras de
la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.



16.5  CONSOLIDACIÓN DE MEDIDAS DE UNA CULTURA DE PAZ.



•    Los agentes en el plano nacional.

La educación a todos los niveles es uno de los medios fundamentales para edificar una cultura de paz. En ese contexto, es de particular importancia la educación en la esfera de los derechos humanos.

Los gobiernos  tienen una función  primordial  en  la  promoción  y  el fortalecimiento  de  una  cultura  de  paz.  La  sociedad  civil  ha  de comprometerse plenamente en el desarrollo total de una cultura de paz.

El papel informativo y educativo de los medios de difusión contribuye a promover una cultura de paz.


•    Los agentes en el plano regional.

Desempeñan una función clave en la promoción de una cultura de paz los padres, los maestros, los políticos, los periodistas, los órganos y grupos   religiosos,   los   intelectuales,   quienes   realizan   actividades científicas, filosóficas, creativas y artísticas, los trabajadores sanitarios y de actividades humanitarias, los trabajadores sociales, quienes ejercen funciones directivas en diversos niveles, así como las organizaciones no gubernamentales.

•    Los agentes en el plano Internacional

Las  Naciones  Unidas  deberían  seguir  desempeñando   una función crítica en la promoción y el fortalecimiento de una cultura de paz en todo el mundo.


17. EL DESARROLLO HUMANO

Es un concepto holista dado que abarca múltiples dimensiones, en el entendido de que es el resultado de un proceso complejo que incorpora factores  sociales,  económicos,  demográficos,  políticos,  ambientales  y culturales, en el cual participan de manera activa y comprometida los diferentes  actores  sociales;  ya  que  es  el  producto  de  voluntades  y corresponsabilidades  sociales  que  está  soportado  sobre  cuatro  pilares fundamentales: productividad, equidad, sostenibilidad y potenciación.

El desarrollo humano es un proceso que aumenta las opciones y la libertad de las personas, permitiéndoles alcanzar un mayor nivel de potencial de habilidades y de bienestar.

Las condiciones para alcanzar un mayor nivel según la  ONU son:

• Una vida larga y saludable.

• Conocimiento.

• Recursos para un estándar de vida decente.

• Libertad: libertad política, libertad de acción, libertad de expresión, libertad social, libertad económica, libertad cultural.

• Derechos humanos garantizados. Derechos civiles. Derechos políticos.

• Autoestima

• Un buen ambiente físico.

• Participación: participación social, participación política, democracia

• Seguridad Humana.

• Ser creativo.

• Ser productivo.

• Dignidad y respecto de los demás.

• Empoderamiento.

• Sentimiento  de  pertenencia  a  la  comunidad.  Participación  social  y política.

• Sustentabilidad.

El desarrollo humano implica eliminar las barreras que impiden que las personas tengan libertad a la hora de actuar. Consiste en permitir que los grupos desfavorecidos y excluidos ejerzan sus derechos, expresen sus preocupaciones abiertamente, que se les escuche y que pasen a ser agentes activos que puedan definir su propio destino.


17.1  La  Inclusión Social y el Desarrollo Humano

Inclusión Social es un proceso que asegura que aquellos en riesgo de pobreza y exclusión social, tengan las oportunidades y recursos necesarios para participar completamente en la vida económica, social y cultural disfrutando un nivel de vida y bienestar que se considere normal en la sociedad en la que ellos viven. Por lo tanto, la inclusión social es un concepto relativo donde la exclusión puede ser juzgada solamente comparando las circunstancias de algunas personas (o grupos o comunidades) relativa a otras, en un determinado lugar y en un determinado momento y como un concepto normativo que pone énfasis en el derecho de las personas de tener una vida asociada siendo un miembro de una comunidad.

La inclusión social y el desarrollo humano  se  enfocan en las personas y van más allá del bienestar material. El desarrollo humano enfatiza la significación de la educación, el acceso a servicios sociales adecuados (en particular salud y educación), sostenibilidad del medio ambiente, garantías para la libertad política básica, equidad de género y respeto a los derechos de los ciudadanos.  La inclusión social añade la dimensión institucional de la exclusión (agentes, instituciones y procesos que excluyen) al concepto de desarrollo humano. Por lo tanto, una perspectiva de inclusión social puede contribuir con las estrategias que tienen el propósito de lograr el desarrollo humano,   abordando   la   discriminación,   exclusión,   falta   de   poder   y deficiencias en la rendición de cuentas, que yacen en la raíz de la pobreza y en otros problemas del desarrollo. Ambos conceptos son complementarios
en las políticas con respecto al desarrollo humano, sosteniendo un enfoque más enérgico en “qué” se debe lograr y la inclusión social en “cómo” debe lograrse.

18. CAPITAL HUMANO


El  Capital  Humano  constituye  un  conjunto  intangible  de  habilidades  y capacidades que contribuyen  a  elevar  y  conservar  la  productividad,  la innovación y la empleabilidad de una persona o una comunidad.


Según Amartya Sen, pese a la utilidad del concepto de capital humano como recurso productivo, es importante considerar a los seres humanos desde una perspectiva más amplia que la del capital humano, se debe ir más allá del concepto de capital humano, luego de reconocer su pertinencia y su alcance.

También se debe recalcar el papel instrumental de la expansión de la capacidad para generar el cambio social más allá del cambio económico.

La capacidad no sólo es un instrumento de la producción económica sino también del desarrollo social.

19. EL   BIEN   COMÚN,   EL   ESTADO   Y   LA

 PERSONA HUMANA.

El bien común, de la sociedad o comunidad política,  no es solo el conjunto de los bienes o servicios de utilidad pública o de interés nacional, como lo son las carreteras,  puestos, escuelas , etc., que suponen la organización de la vida común, ni las buenas finanzas del Estado, ni su potencia militar; no es solamente , de prosperidad material y de riquezas del espíritu, de sabiduría hereditaria inconscientemente viva, de rectitud moral, de justicia, de amistad, de felicidad, de virtud y heroísmo en las vidas individuales de los miembros de la comunidad, debido a que todo esto es, en cierta medida, comunicable, y revierte sobre cada miembro de la comunidad que la conforma, ayudándole
así a perfeccionar su vida y su libertad de persona.

Es todo esto lo que constituye autentica vida humana de la sociedad política. 

La persona humana es miembro de la comunidad y en cuanto a esto se le subordina; sin embargo, la persona humana es más que un miembro de la comunidad. Posee una dimensión transcendente a todo lo material. El estado que incluye en sí mismo a los individuos ha de tener como fin a la persona humana, es decir, al hombre integralmente considerado, al sujeto individual organizado y animado por el espíritu. Podemos resumir el bien común como el conjunto de aquellas condiciones de vida social que facilitan tanto a las personas como a los mismos grupos sociales el que consigan más plena y más fácilmente la propia realización y perfección.

El bien común incluye y presupone el debido respeto a la dignidad de la persona y promueve su protección toda vez que la dignidad de la persona no es un bien poseído en exclusiva por un solo hombre determinado o por algún tipo determinado de hombres, sino por el contrario, es un bien que todos los  hombres tienen, porque son personas. El bien común es primero un bien de orden, y como el orden sólo es posible si se contempla la diversidad y la diferencia; el bie
EL RESPETO, COMPRENSIÓN Y   TOLERANCIA A LA DIVERSIDAD  CULTURAL, LINGÜÍSTICA Y RELIGIOSA.


Amparada en la Resolución aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas 59/142. 2005
Promoción de la comprensión, la armonía y la cooperación religiosas y culturales

La Asamblea General, Reafirmando los propósitos y principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas y la Declaración Universal de Derechos Humanos, en particular el derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión,


- Reafirma el compromiso solemne de todos los Estados de cumplir su obligación de promover el respeto, la observancia y la protección universales de los derechos humanos y las libertades fundamentales para todos, de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas, otros instrumentos de derechos humanos y el derecho internacional, y que la naturaleza universal de esos derechos y libertades es incuestionable.

- Reafirma también la importancia de que todos los pueblos y las naciones mantengan, acrecienten y preserven su patrimonio cultural y sus tradiciones en un entorno nacional e internacional de paz, tolerancia y respeto mutuo. 

- Reconoce que el respeto de las religiones y la diversidad cultural en un mundo cada vez más globalizado contribuye a la cooperación internacional, promueve el aumento del diálogo entre religiones, culturas y civilizaciones y ayuda a crear un entorno propicio al intercambio de experiencias humanas

- Reconoce también que todas las culturas y civilizaciones comparten un conjunto común de valores universales. 

- Reconoce además que, si bien se debe tener presente la importancia de las particularidades nacionales y regionales y de los distintos antecedentes históricos, culturales y religiosos, es deber de los Estados, cualquiera que sea su sistema político, económico y cultural, promover y proteger todos los derechos humanos y libertades fundamentales.

- Reafirma que la promoción y protección de los derechos individuales de quienes pertenecen a minorías nacionales o étnicas, religiosas y lingüísticas contribuyen a la estabilidad política y social y a la paz, y enriquecen la diversidad y el patrimonio culturales de la sociedad en su conjunto en los Estados donde viven esas personas, E insta a los Estados a que garanticen que sus sistemas políticos y jurídicos reflejen la diversidad cultural de sus sociedades   y,   cuando   sea   necesario,   mejoren   las   instituciones, organizaciones y prácticas democráticas y políticas para que permitan una mayor participación y se evite la marginación, exclusión y discriminación de sectores determinados de la sociedad.


-   Alienta a los gobiernos a que, en particular mediante la educación y la  elaboración  de  programas  de  estudios  y  libros  de  texto  progresistas,  promuevan la comprensión, la tolerancia y la amistad entre los seres  humanos en toda su diversidad de religiones, creencias, culturas e idiomas,

 lo cual incidirá en las fuentes culturales, sociales, económicas, políticas y  religiosas de intolerancia, y a que, en esa tarea, apliquen una perspectiva  de género a fin de fomentar la comprensión, la tolerancia, la paz y las  relaciones de amistad entre las naciones y todos los grupos raciales y  religiosos, reconociendo que la educación a todos los niveles es uno de los  principales medios de crear una cultura de paz. 

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